2015 fue el año en que el running se volvió mi terapia, desde ese año no lo solté; corría donde podía, solo eramos mis audífonos y yo contra el mundo. En un año la vida me ha enseñado más que en todos mis 30 y tantos años, aún recuerdo ese marzo del año pasado acompañado de un diagnóstico de artrosis de rodilla, a eso se debía ese maldito dolor al correr; para ser sincera no me preocupaba ya no correr, creo que lo que más me preocupaba era ¿y ahora como voy a drenar mis emociones? Si para mi el ir tratando al ritmo de la música era como un curita para el alma, era ir soltando cosas paso a paso, o bien esas endorfinas en mis días felices. Pero como todo en esta vida, todo pasa, "uno se adapta a todo menos a no comer" dice mi madre, así que yo adopté la natación y el gym, siempre he dicho no hay mejor terapia para todo mal, que el ejercicio y para todo bien también. La artrosis se me olv idó por unos meses, todo parecía estar bien, pero algo ya no cuadr...
Aquí no todo es política, son temas del corazón y de la vida misma, un poquito de la mujer profesionista que ríe, llora, canta, piensa pero sobre todo siente.